La directora del Núcleo Milenio Océano, Patrimonio y Cultura (OHC) ansía desmitificar la arqueología subacuática. En la entrevista, señala la importancia de entender el mar en su dimensión social, comprendiendo el impacto en la vida cotidiana de las personas.
Comprender la relación de los grupos humanos con los ambientes marítimos y de aguas interiores a través del tiempo es el objetivo que se ha propuesto el Núcleo Milenio Océano, Patrimonio y Cultura (OHC). Isabel Cartajena, directora de esta iniciativa financiada por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo, ANID, relata que su principal motivación ha sido trasladar la inquietud de estudiar los paisajes y comunidades desde la tierra al mar.
“Se trata del mismo interés con que estudiamos los grupos humanos y su entorno en tierra, pero ahora lo hacemos a través de materiales que encontramos bajo el agua. Creo que el mar es especialmente interesante en ese mismo sentido. Ves la actual bahía Quintero, y, quizás, no sabes que alguna vez esos fondos marinos no estaban cubiertos por el mar, que hubo fauna extinta, que hubo lugares disponibles para los seres humanos… Eso es lo interesante, que bajo el agua encuentras una cantidad de información acerca del pasado que no es tan obvia, ya que no la estás viendo, justamente, por estar cubierta por el agua.”
Trabajo Interdisciplinario
El trabajo del Núcleo OHC consiste en la investigación de evidencias arqueológicas de periodos prehistóricos e históricos que actualmente se encuentran sumergidos; a la vez, se incorporan los estudios de comunidades marítimas y costeras contemporáneas con el fin de comprender la relación de estas con los ambientes marítimos a lo largo del tiempo.
Para lograr este objetivo, el equipo del Núcleo se ha compuesto de investigadores e investigadoras tanto de las Ciencias Sociales como de las Ciencias de la Tierra y el Océano, permitiendo integrar la información procedente de distintas disciplinas como la arqueología, la antropología, y la geología, entre otras.
Isabel explica que la interdisciplinariedad del proyecto es un factor importante en la motivación de este núcleo. “El trabajo interdisciplinario que venimos haciendo con Diego Carabias, Valentina Flores y con otros/as investigadores/as es el resultado de una suma de esfuerzos. Lo que te permiten estas iniciativas de investigación es consolidar lo que veníamos haciendo a pulso, con voluntades individuales y proyectos a escalas más pequeñas. En el fondo, te da una visión global de problemáticas que pueden ser estudiadas a nivel interdisciplinario. Es la consolidación de un grupo de investigación que tiene distintas miradas frente a un mismo tema”
¿Cómo este Núcleo reúne y entrelaza las Ciencias Sociales y Naturales?
Estamos en Ciencias Sociales porque finalmente siempre nos convoca el comportamiento humano. Lo que queremos saber, independiente del barco de que se trate, es cómo los restos de un barco hundido nos permiten conocer más sobre rutas y redes de intercambio marítimas a nivel global y regional. Por ejemplo, tenemos un investigador senior especializado en el estudio de lozas británicas, entonces al investigar la loza que se encuentra asociada a diferentes naufragios, la puedes comparar con el material arqueológico que encuentras en Australia, EEUU y en el resto de Sudamérica, en cualquier parte del mundo. Lo que estás armando, es un relato a partir de las relaciones que mantuvo Inglaterra como centro productor mundial de loza en un determinado momento con el resto de los países y cómo diferentes grupos emplearon esta cultura material en un mundo globalizado. Partimos de vestigios materiales para entender el comportamiento humano.
Las Ciencias Naturales, en tanto, nos da un marco de acción, asociado a una serie de ambientes y factores que nos permiten comprender cómo se forman los sitios o por qué fueron alterados en el tiempo.
La importancia del Patrimonio Cultural Subacuático (PCS)
Siempre vemos el mar asociado con un énfasis de obtención de recursos, en términos territoriales o defensivo (…) Creo que lo importante ahora es que se pueda entender también el mar en su dimensión social. La relación de las comunidades con el mar es muy fuerte, existen formas tradiciones y consuetudinarias de percibir, dotar de significados y habitar estos espacios, propios de cada grupo.
Un ejemplo claro son los corrales de pesca. Estos son construcciones, muchas veces de piedra que permiten la captura de peces ya que cuando sube la marea estos quedan sumergidos y cuando baja, los peces quedan atrapados. Por una parte, se puede acceder a la información etnográfica (estudio de la cultura, comportamiento y valores propios de un grupo humano específico) acerca de su uso actual o pasado por medio de la tradición oral. Pero por otra, éstos te permiten entender variaciones, por ejemplo, del nivel del mar u otras acciones. Con esto, empiezas a comprender que todos los elementos tienen diferentes dimensiones naturales y culturales, pero que tienen un hilo conductor: evidencias y paisajes sumergidos bajo el mar.
Sirve para recuperar historias…
¡Sí! Por ejemplo, si hablas de fauna extinta como milodones pensamos inmediatamente en la Cueva del Milodón en la Patagonia. Sin embargo, difícilmente alguien se imaginaría que vivieron donde ahora se encuentra la bahía Quintero. Así podemos recuperar historias de lugares, reconstruir antiguos paisajes y la fauna que habitó en ellos. Finalmente, lo que estamos tratando de hacer es trabajar con pueblos originarios, pero también con comunidades locales de pescadores y buzos, que muchas veces quedan invisibilizadas y, sin embargo, tienen un conocimiento tradicional sobre las costas, el mar y sus territorios.
Finalmente, la Directora del Núcleo OHC aborda los prejuicios a los que está sometida la arqueología subacuática. ¡Hay que cambiar la percepción!, menciona la investigadora. Por una parte, inmediatamente se asocia a pecios o barcos hundidos y la mayoría de las personas asocia la arqueología con sitios en tierra. Por eso, buscamos demostrar que es una arqueología en la cual los restos materiales están en un medio distinto, pero los objetivos son los mismos. Es importante desmitificar lo hace la arqueología subacuática, que no es más que arqueología realizada en un medio acuático.
“Es nuestra misión sacar a la luz lo que tenemos en términos patrimoniales. Conozcamos lo que está sumergido bajo el mar, para poder protegerlo. Si podemos crear conciencia sobre la importancia de proteger este patrimonio [subacuático] material o inmaterial, tenemos un gran paso logrado… Luego podemos pensar en alguna política pública, pero eso viene después. Conocer para respetar y para proteger”, finaliza la entrevistada.