La investigación “The oldest record of the Lamini Tribe and Proboscidea order in the southwestern margin of the Andes Mountain range: Late Pleistocene mammalian footprints at the Pelluco fossil forest sanctuary” fue recientemente publicada en la revista Journal of South American Earth Sciences y contó con la participación del investigador principal del Núcleo Océano, Patrimonio y Cultura (OHC) y académico de la Escuela de Arqueología de la Universidad Austral de Chile, Ricardo Álvarez Abel.
El artículo, elaborado por un equipo multidisciplinario de investigadores de la Universidad Austral, en conjunto con la Consultora Therium SpA, científicos del Museo de Historia Natural, la Universidad Católica de Chile y la University of Natural Resources and Life Sciences, de Viena, da cuenta de la existencia de decenas de huellas de guanacos y gonfoterios en playa Pelluco, próximo a Puerto Montt, datadas entre 44 mil y 52 mil años atrás, evidencia que indica la presencia de este tipo de fauna extinta mucho antes de lo registrado en Chile hasta ahora.
“Esta y otras investigaciones anteriores evidencian la orilla fangosa de un lago que era alimentado por grandes glaciares, donde caminaba esta antigua megafauna”, indica el investigador de OHC, Ricardo Álvarez. En la actualidad las huellas se localizan en la franja intermareal del seno de Reloncaví, lo que denota las significativas transformaciones del paisaje de la Era del Hielo, parte del cual se encuentra ahora sumergido. Cabe señalar que restos de fauna extinta han sido también registrados en sitios ahora cubiertos por el mar en la zona central de Chile (Quintero), como parte de los trabajos de los investigadores del Núcleo OHC.
Si bien el hallazgo exhibe alto valor paleontológico y paleoambiental, plantea desafíos para la conservación de este tipo de patrimonio en condiciones de riesgo y escasamente conocido. “Las huellas se encuentran en un área paleontológica que además contiene los restos de un antiguo bosque de alerces fósil. Toda el área es parte de un santuario de la naturaleza, que, lamentablemente, es desconocido para los habitantes de Puerto Montt”, indica Alvarez, agregando que la zona es “de alto uso humano y algunas de las prácticas son un riesgo para la conservación de este sitio paleontológico, sobre todo el paso de vehículos en el intermareal”. Preguntas como ¿cuáles son las distinciones tradicionales que poseen las comunidades locales para identificar y apropiar elementos del entorno respecto a sus propias dimensiones de pasado? o ¿cómo es la interrelación de las comunidades actuales con estos descubrimientos? son algunas interrogantes que surgen para posteriores estudios.
En este sentido, es importante mencionar que el investigador del Núcleo Milenio, coautor del artículo, junto a un equipo de personas han impulsado el concepto de maritorio a nivel académico que hoy se levanta como un término que permite entender la complejidad de habitar el mar, no solo desde el punto de vista geográfico: “Me interesa considerar este concepto porque ayuda a comprender la vida en el mar fuera de una óptica continentalizada”, finaliza.
Cabe destacar que la investigación científica está siendo promovida desde las artes a través de la reconstrucción de los paleopaisajes en forma de ilustraciones científicas elaboradas por el ilustrador Mauricio Álvarez, de destacada trayectoria internacional.